sábado, 29 de octubre de 2011

Ejercicio 2. Demografía.


La emigración supera este año a la inmigración por primera vez en décadas.
580.000 personas se van de España.
El INE confirma el vuelco y pronostica una década de declive demográfico 
Economía a la baja, población a la baja, explican los demógrafos.

La crisis pasa factura a la cifra de habitantes de España: caerá sin tregua hasta 2021, según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE). De los 46,1 millones actuales a 45,5 dentro de una década: algo más de medio millón de pérdida si se mantiene la tendencia actual.
 

España llegó a ser el país que más extranjeros recibía, solo por detrás de EE UU.
Ahora perdera 580.850 residentes, el equivalente a la población de Cantabria. Mas del doble de las salidas que se registraron en 2008 (266.460) y la mayor cifra de los últimos años.
Las partidas seguirán superando a las llegadas hasta 2020. De cada 10 que parten, 9 son extranjeros.

Hace solo tres años, el INE preveía que España alcanzaría los 49 millones de habitantes en 2018.
El año pasado, a la vista de un ritmo de llegadas alto aunque menos que antes, preveía 47,2 millones para 2020.
 La población dentro de 10 años será inferior -en un 1,2%- a la de ahora. "En caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales, España perdería más de medio millón de habitantes en los próximos 10 años, después de un periodo de intenso crecimiento poblacional", advierte el INE en una nota.

- 34.193 habitantes menos este año.
Esas "tendencias actuales" de que habla el INE están teñidas de negro y parten de las estimaciones de población, consideradas como la cifra oficiosa -es la que se facilita a Eurostar, por ejemplo-.
En el primer semestre de este año, el INE estimó en 27.771 personas la pérdida de población. Ahora proyecta una caída de 34.193 para todo 2011.

La proyección prevé que las pérdidas de población crezcan de manera sostenida todos los años, hasta llegar una caída de 81.587 personas en 2020. Al año siguiente, España tendría 45.585.574 habitantes, frente a los 46.152.925 actuales que estima el INE. "Son previsiones sensatas.
Quizá el escenario mejore hacia 2017 de la mano de un repunte de la fecundidad, porque los jóvenes sacan lecciones de la crisis y piensan más en el interés general", plantea el catedrático de Sociología Antonio Izquierdo, de la Universidad de A Coruña.

- Once comunidades perderán población.

En ocho, la cifra de habitantes caerá todos los años hasta 2020: Cataluña -en cabeza, 59.929 habitantes menos este año-, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Galicia, País Vasco, Comunidad Valenciana y La Rioja. En los últimos años de la próxima década también se rebajará la cifra de habitantes en Aragón, Cantabria, Madrid y la Comunidad Valenciana.

- Más de medio millón de emigrantes al año.
El principal motivo para la caída demográfica está en que la emigración supera con creces a la inmigración. Estadística prevé que este año salgan de España 580.850 personas -en el primer semestre lo habían hecho 295.141- y que esta cifra de partidas se mantenga por encima del medio millón todos los años hasta 2020. La proyección fija las llegadas en 450.000 anuales, por lo que el saldo migratorio será negativo durante la próxima década. Las salidas superarán en más de 100.000 a las llegadas hasta 2014. "La cuestión no es cuántos se van, sino quiénes se van. Parten, sobre todo, extranjeros jóvenes que engrosan la población activa, y eso es negativo".

- El 90% de los que se van, extranjeros. "A los españoles les cuesta más marcharse, porque tienen un gran capital social aquí".

- La natalidad seguirá a la baja.

La proyección fija en 4,4 millones los nacimientos hasta 2020 -un 4,7% menos que en la década anterior-, sobre todo por el descenso del número de mujeres en edad fértil.


La edad media de la maternidad aumentará hasta superar los 31 años.

- Más muertes que nacimientos en 2019. Las defunciones -y el envejecimiento- irán en aumento y superarán a los nacimientos en 2019. La esperanza de vida se incrementaría en dos años para los hombres -hasta los 80,9- y en 1,5 para las mujeres -86,3-. "La crisis económica está produciendo una involución demográfica. Aumentan las personas mayores, pero no los jóvenes", concluye Izquierdo.

Adiós a los mejores

El desplome de la construcción especulativa y la persistencia de una crisis agravada por las medidas de austeridad hacen disminuir las entradas de nuevos inmigrantes y aumentar las salidas de los que estaban aquí, lo que torna negativo el saldo migratorio.
Sin el velo de la inmigración, nuestra demografía muestra sus vergüenzas: una fecundidad muy por debajo de la que sería necesaria para aspirar al crecimiento cero, ahora además sin el apoyo de la juventud de los nuevos inmigrantes.
Los inmigrantes cumplen dos funciones: ocupar puestos de trabajo y contribuir a la dinámica demográfica. Al contrario de lo que opinan algunos políticos ladradores, se observa que la mayoría son personas que no se quedan si no tienen empleo o buena expectativa de tenerlo, algo que España ya no ofrece.
Hace dos años que los más jóvenes y, sin duda los mejores formados, han iniciado la marcha y el futuro puede ir a peor, a medida que terminen sus legítimos derechos a prestaciones de desempleo. No solo nos quedaremos sin nuestros mejores jóvenes, también sin nuestros mejores inmigrantes.
Una proyección de este tipo sirve sobre todo para indicar vías de actuación que impidan que se realicen las tendencias que pone de manifiesto. Sin embargo, es dudoso que pueda aumentar la fecundidad en el futuro. La entrada de las mujeres en el mercado laboral ha sido uno de los instrumentos de reducción del coste del factor trabajo porque se les paga menos y por la escasez actual, y probablemente futura, de políticas públicas de apoyo al cuidado de los hijos. En los últimos años, la nueva riqueza creada en España ha beneficiado sobre todo al capital, y el capital ni produce ni cuida hijos.

La reducción de la natalidad, sostenida en los últimos años por la población inmigrante, la reducción de llegada de extranjeros y el incremento de la esperanza de vida harán insostenibles, por ejemplo, el modelo actual de pensiones, que con la crisis económica ha vuelto a ser cuestionado. ¿Habrá que volver a retrasar la edad de jubilación? Si la situación económica no mejora y las perspectivas del INE se cumplen, no sólo será necesario sino que será una más de las medidas puestas en marcha para su supervivencia.
Es una operación matemática simple. La cifra de personas mayores de 65 años superará los nueve millones y la población en edad de trabajar no parará de caer de forma preocupante. Sino hay suficientes personas cotizando a la seguridad social y cada vez hay más personas mayores, el resultado es que no habrá capital suficiente para mantener unas pensiones dignas. La previsión es un aviso de lo que ya está ocurriendo y de dónde vamos a estar dentro de diez años. De momento, en 2011 y por primera vez en décadas, el saldo migratorio será negativo. El número de personas que dejarán el país superará al de inmigrantes en 130.850.

390.000 nacimientos

En cuanto a los nacimientos, entre 2011 y 2020 nacerán en torno a 4,4 millones de niños (un 4,7 por ciento menos que en la década pasada), y sólo en 2020 se registrarán 396.417 nacimientos, un 18,1 por ciento menos que en 2010. Esta es una de las consecuencias directas de la reducción drástica de la población extranjera, que ha sido el colectivo que ha sostenido las cifras de las tasas de natalidad en los últimos años.

La supresión de las escasas medidas de ayuda a la maternidad, la precariedad cada vez mayor de las economías domésticas y las interminables jornadas laborales provocarán un descenso del número de mujeres que deciden ser madres. A pesar de que el número de hijos por mujer pasará de 1,38 a 1,5, el total de mujeres que llegan a tener hijos será cada vez más reducido y seguirán esperando más alla de su 31 aniversario para su primer alumbramiento.
Estos datos confirman la tendencia por la que España ha pasado de ser el segundo país europeo por índice de fecundidad en 1976 (por detrás de Irlanda), a estar por debajo de la media en 1986, a tener actualmente una de las tasas de fecundidad más bajas de la UE.

La primera consecuencia de la caída de la natalidad será la reducción del 16,5 por ciento del número de niños menores de cinco años, hasta los 409.358. Con especial intensidad decrecerá la población entre 20 y 44 años, fruto en gran medida del descenso migratorio. Así, este grupo perderá 3,7 millones de efectivos, un 21,3 por ciento del total actual.


De este modo, la tasa de dependencia (menores de 16 años y mayores de 64) continuaría su tendencia creciente de los últimos años y pasaría del 49,4 por ciento actual hasta el 57,3 por ciento en 2021.

6.000 centenarios
Entre los mayores, destaca la previsión de aumento de los ancianos mayores de 85 años. El grupo de 85 a 89 años aumentará un 34,83 por ciento; el de 90 a 94, un 70, 91 por ciento; los de 95 a 99 años, un 88,95 por ciento, y el de mayores de 100, un 82,71 por ciento. En términos absolutos, habrá 250.795 personas en elgrupo de edad de 85 a 89 años; los de 90 a 94 supondrán 187.023; el colectivo de 95 a 99 rozará los 58.000, y los que superen el siglo de vida serán más de 6.600. El colectivo de españoles más numeroso lo compondrán las personas de entre 45 y 49 años, con 3,7 millones, seguidos de los situados entre 40 y 44 años, con 3,6 millones.

Diferencias regionales
La pérdida poblacional estimada en medio millón de habitantes no afectará a todas las comunidades por igual. Así, la proyección indica que Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco, Murcia, La Rioja, Navarra y Castilla-La Mancha, las regiones que tradicionalmente han acogido a un mayor número de inmigrantes, serán las que más habitantes pierdan. La disminución afectará, pero en menor medida a los territorios de Castilla y León, Galicia, Asturias, La Rioja y Extremadura. Por contra, comunidades como Aragón, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Murcia, Navarra, Ceuta y Melilla tendrán más habitantes dentro de diez años que ahora, pero la diferencia no será demasiado significativa.

Más de nueve millones de jubilados
La esperanza de vida de los españoles en el momento del nacimiento seguirá aumentando en España en los próximos años y se estima que para 2020 supere los 80 años para ambos sexos. De este modo, y teniendo en cuenta la reducción de la incidencia de la mortalidad actualmente observada, la esperanza de vida al nacimiento se incrementaría en 2 años en los varones, pasando de los 78,9 a los 80,9 años, y en 1,5 años en las mujeres, de los 84,8 hasta los 86,3 años. Al mismo tiempo, la esperanza de vida a los 65 años se incrementaría en 1,4 años en los varones (hasta los 19,7) y en 1,3 en las mujeres (hasta 23,5). En datos absolutos, 9,2 millones de españoles tendrán más de 65 años, un 17,8 por ciento más.

En cuanto a la migración interior, las comunidades más fueres económicamente serán las más favorecidas. Así, la Comunidad de Madrid, la Comunitat Valenciana, Cataluña y Castilla-La Mancha serán los territorios que más población atraerán. En el otro extremo se situarán las Islas Canarias, Andalucía y Castilla y León, que presentarán los saldos migratorios más negativos del país. 

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